Bienvenidos

Hola compañeros!

Aquí se encuentra mis escrituras para la clase. El propósito de este blog es compartir lo que aprendo sobre mi tema del semestre. Exploraré un aspecto importante del estado humano: el lenguaje. Es fácil pasar por alto el papel de lenguaje en nuestras vidas, pero se verá su importancia si se imagina un día sin hablar, leer o escribir. Favor de comentar y añadir tus opiniones sobre el contenido del blog. Muchas gracias.

~Christie Sickinger

Monday, December 13, 2010

Buscando la Perfección: Un Estudio del Poema ‘Mía’ de Rubén Darío

Rubén Darío, el poeta nicaragüense que vivió entre 1867 y 1916, es reconocido mundialmente como el padre del modernismo. Él era fundador de este estilo marcado por las imágenes del exótico, los símbolos, y un enfoque en el ideal estético. La filosofía de los modernistas es el arte por el arte; es decir que el arte no sirve una función más grande que ser bello (Prieto 2010). Para desempeñar el cargo de crear arte bello, Darío se fija en la sonoridad y el ritmo de sus versos, y escribe sobre varios temas, incluyendo lo patriótico, lo exótico, y (como en el poema siguiente) lo sensual.

Mía: así te llamas.
¿Qué más armonía?
Mía: la luz del día;
Mía: rosas, llamas.

¡Qué aromas derramas
en el alma mía
si sé que me amas,
oh Mía!, ¡oh Mía!

Tu sexo fundiste
con mi sexo fuerte,
fundiendo dos bronces.

Yo, triste; tú triste...
¿No has de ser, entonces,
Mía hasta la muerte?

-Rubén Darío, Prosas Profanas


Este poema tiene la estructura del soneto clásico hispano: dos cuartetos y dos tercetos, con la rima ABBA BABA CDE CED. Esta estructura crea un ritmo que el lector encuentra con facilidad. La rima cautiva la atención del lector, y le guía a través del poema. Aún más que la rima al final de cada línea, algunas estrofas contienen rima interna.

Darío emplea la asonancia, o la repetición de los sonidos vocálicos, la cual vemos en la primera estrofa con la ‘a.’ Más de la mitad de los sonidos vocálicos en esta sección son ‘a.’ Además de unir la estrofa entera, la elección de la ‘a’ es algo que vale notar. Es el sonido de los suspiros, y cabe perfectamente en un poema de amor.

Se ve otra manifestación de la repetición en la se
gunda estrofa. Aquí Darío juega con el sonido ‘-ama,’ usando cuatro versiones del sonido básico: “Qué aromas derramas/en el alma mía/ si sé que me amas…” El efecto de la repetición del sonido es doble. Primero, lleva el lector suavemente por la estrofa y segundo, inyecta alguna musicalidad en el poema.

Las primeras dos estrofas tienen un tono liviano y parecen ser una serenata. Habla principalmente de su amor en una manera abstracta. En la tercera y cuarta estrofa el tono se hace más grave. Habla explícitamente de la unión del narrador con el objeto de su amor (“Tu sexo fundiste/con mi sexo fuerte”), y la cuestión de la duración de su relación. Así la progresión del poema imita la progresión de una relación amorosa. Al principio, todo es dulce y liviano. Pero con el paso de tiempo, y la cercanía que viene de la unión sexual, la relación se complica y se hace más seria. Entran sentimientos de posesión, y dudas sobre el futuro de la relación.

‘Mía’ sin duda ejemplifica las características del modernismo, especialmente el modernismo de Rubén Darío- la sonoridad, la estructuración fija, y el simbolismo. El poema no solo tiene musicalidad y ritmo claro, sino también el poema entero es un microcosmo del tema que describe.

Referencias
Prieto, Andre. Lectura de clase. Obras Maestras de Literatura Hispana. Universidad de Colorado, Boulder, CO. Junio 2010.

Saturday, December 11, 2010

La Censura y la Libertad de Expresión

Imagina un campus universitario, pintado con docenas de edificios de piedra roja y unos cien arboles verdes. Es un lugar tranquilo que le da al espectador una impresión de intelecto, progreso, y mentes abiertas. Imagina ahora que mientras camines por este paraíso, ves un cartel gigantesco con una foto de un feto mutilado, cubierto de sangre y placenta. Si Ud. estudiaba en el campus de la Universidad de Colorado en Boulder el año pasado, probablemente vio esta imagen de verdad. Muchos estudiantes se enojaron por el cartel y la imagen grotesca e incómoda que presentó. Francamente, la imagen era repugnante. Pero yo estoy feliz que estaba aquí en campus, porque no era una representación solo de un feto. Era una representación de nuestra libertad de expresión, una libertad que debemos mantener aun con expresiones feas y controvertidas.

La palabra es uno de los instrumentos más fuertes que tenemos como seres humanos. Lo usamos para compartir información entre nosotros para que podamos tomar buenas decisiones para el individuo y la sociedad. El obstáculo más grande que impide el intercambio libre de información e ideas es la censura, o la “enmienda, supresión, y demás actuación…sobre una obra o escritura,” (Diccionario Elmundo). Generalmente, la censura es una actividad gubernamental, pero puede ser influido por grupos religiosos. Según Wikipedia, las entidades opresoras usan varias justificaciones para censurar, incluyendo razones morales, religiosas, políticas, y militares.

Pero en realidad, solo hay dos tipos de información censurada: la que verdaderamente amenaza la seguridad de la gente, y la que hace sentirse incómoda o insegura la autoridad. La información verdaderamente peligrosa, como la posición de compañías militares o detalles de las operaciones de la policía, pone en peligro a la gente. Desafortunadamente, los censores muchas veces no distinguen un tipo de información del otro, y esta forma de pensar es peligrosa. La supresión de las ideas incómodas no solo hace daño a la gente silenciada, pero también a la sociedad entera, incluso a la entidad opresora.

Es verdad que cuando alguien habla en contra del gobierno, cuestiona la autoridad de los líderes, expone las áreas débiles del sistema, y refleja el descontento del hablante. Pero lo más importante es que abre una conversación útil en la cual se puede encontrar alternativas. Es mejor identificar los problemas cuando surgen, y cambiarlos para que el sistema siga siendo eficaz a largo plazo. Si es prohibido tratar los problemas, la gente se sentirá descontenta y no confiará en su gobierno, ni lo respetará. Esta es la peor amenaza para un gobierno, porque una gente crónicamente descontenta está más propensa a aceptar la idea de una revolución.

Un ejemplo actual de este fenómeno es la situación en Irán, donde es ilegal publicar contenido que, entre otras cosas, critica a los oficiales del gobierno. Mucha gente ha estado harto del liderazgo tiránico y autoritario de Mahmoud Ahmadinejad, y el descontento explotó en el verano de 2009 después del anuncio de su victoria (tal vez fraudulenta) en las elecciones presidenciales. La gente tomó las calles y la red, protestando el resultado. Se ve el descontento y la desesperación en el siguiente comentario, escrito por un ciudadano en Twitter: “Si Irán duerme esta noche, dormirá para siempre,” (Global Voices).

Se puede aplicar la misma lógica a materia que la iglesia considera inmoral. La media indecente y obscena sirve como un contraste a las ideales puras, y en efecto fortalece la bondad de organizaciones religiosas. Si una persona no tiene acceso a contenido ‘indecente,’ se transforma en fruto prohibido, y adquiere un elemento de poder misterioso. Cuando una persona tiene acceso a la obscenidad, ve por su cuenta que es espantosa. Esta persona definirá sus ideales morales con confianza, por haber visto algo que considera inmoral.

La pregunta central de este tema es ¿quién tiene el derecho de formar las opiniones de la gente? Y la respuesta es clara—la gente tiene el derecho de decidir qué piensa. Una institución no puede mandar una manera de pensar. Solamente puede actuar de forma correcta, y confiar que la gente es capaz de reconocer su valor.